Sistemas

WhatsApp explica el significado del "double checkmark"


El célebre servicio de mensajería instantánea para smartphones dispone de un sistema que permite al usuario saber si su mensaje ha sido entregado o no en destino: al lado izquierdo de los mensajes enviados nos aparece un pequeño reloj cuando el texto no ha sido aún entregado, una marca verde si ha llegado a los servidores de la compañía proveedora del servicio y espera para ser enviado al dispositivo de la persona a quien se lo queremos hacer llegar, y una doble marca también verde si ya ha sido entregado.

Esta última señal no significa que el mensaje haya sido leído, si no simplemente que ha sido entregado al dispositivo del usuario de destino. Este puede encontrarse enfrascado en otros quehaceres y sin dar atención a su teléfono (por lo que no verá el mensaje entrante), con el terminal en silencio o, simplemente, lo ha leído pero no quiere o no puede responder inmediatamente.

Este significado, que debería parecer claro para la mayoría, no lo era tanto para un numeroso grupo de usuarios que consideraban que, si al lado del mensaje enviado salía la doble marca, la respuesta no podía tardar mucho en llegar y, con tal premisa, se permitían exigir a sus destinatarios una respuesta rápida.

Tal ha sido el grado de confusión que, finalmente, este ha llevado a la compañía a "twetear" en su cuenta oficial de microblogging una explicación breve (esto último, obligado por la propia naturaleza del medio) de lo que debe entenderse cuando nos sale el símbolo de la doble marca al lado de un mensaje, y que ello no implica que haya sido leído. Como corolario, es lógico que si no tenemos la seguridad que haya sido leído, tampoco podemos exigir respuesta.

Personalmente, veo en el hecho de que WhatsApp se haya tenido que explicar, una muestra clara de hacia donde va nuestra sociedad en términos de exigencia a los demás en disponibilidad: gracias a las nuevas tecnologías en general y, más concretamente, a los teléfonos móviles y los servicios de comunicación incluida la voz IP, el correo electrónico y la mensajería instantánea, nuestro tiempo de disponibilidad a los demás parece haber aumentado, mientras que el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos, disminuye.

Esto choca frontalmente con las promesas que hace unos años veíamos en la publicidad sobre oficinas móviles y sin papeles, y que nos prometían disfrutar de más y mejor tiempo libre. Claro que eso, es otra historia…



Por Guillem Alsina, el 07/06/2012.

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