WiMax será un motor de expansión de Internet en Costa Rica
Se trata de una tecnología superadora de la actual WiFi: mientras que esta última necesita que los puntos de acceso a la red sean visibles entre cada antena cuando se trata de distancias mayores a unos pocos metros, la tecnología WiMax puede conectar diferentes equipamientos informáticos separados por grandes distancias entre sí sin que sea necesario el “contacto visual” entre ellos.
El país costarricense podría estar dando un ejemplo a toda América Latina y el Caribe sobre cómo debería encararse un plan público que busque expandir la llegada de Internet a todos los habitantes de una Nación.
Según lo informara recientemente la empresa estatal Radiográfica Costarricense (Racsa), este proyecto se inicia con la instalación de 20 mil conexiones de banda ancha con tecnología WiMax en el área metropolitana (San José, Alajuela, Heredia y Cartago), donde reside el mayor porcentaje de habitantes.
En Costa Rica existe un monopolio estatal en materia de telecomunicaciones, centrado en el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad), del cual Racsa forma parte. El valor de las conexiones oscilará entre 29 y 244 dólares por mes según el servicio, que brindará anchos de banda desde 512 KB, todos los servicios son por uso ilimitado, es decir, no poseen limitaciones tales como las de franjas horarias o cantidad de megabytes transferidos por mes.
Para lograr el suministro de Internet se han instalado doce radiobases, las cuales han costado al Gobierno más de tres millones de dólares.
En un principio, el objetivo es llegar a todos aquellos particulares y empresas que hoy en día no son capaces de poseer conexiones telefónicas o de cable módem. Por otro lado, en los siguientes meses se trabajará en la instalación de señales WiFi, más compatibles con la variedad de dispositivos que existen hoy en día en el mercado: Pcs, celulares, agendas telefócas, PDAs, etc.
A decir verdad deja un poco que desear el costo del servicio: 29 dólares por mes (como mínimo) es un precio similar -o incluso más alto- al que ofertan las compañías privadas en otros países latinoamericanos como por ejemplo Argentina.
Por Marcos Guglielmetti, el 11/01/2008.