Hardware, software, ¡acción!
Hardware,
software, ¡acción!
Autora: D.I. Vianys Zamora Pimentel
Dirección de Marketing y Comunicación Copextel, GiGA, prestigiosa
revista de tecnología de Cuba amiga de MM.
Email: vianys@cmatriz.copextel.com.cu
Web: http://www.copextel.com.cu
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En el París de finales del Siglo XIX, el 28 de diciembre de 1895, los hermanos
Lumière abrían las puertas del primer cine teatro de todo el mundo para proyectar
la película: Salida de la fábrica Lumière en Lyon-Montplaisir. Con este hecho
comenzaría el desarrollo de una de las industrias más poderosas de todos los
tiempos: el cine.
Índice
de Contenidos del Informe |
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El Séptimo
Arte, como se le llamaría, logró acaparar la atención de
muchos, gracias a la magnificencia de presenciar a través de las imágenes
la más distante realidad. Además de la tecnología mecánica
que implica el rodar una cinta y el encanto cautivador que produce, algo que
ha atraído la atención, es la manera en que otros elementos se
le unen para recrear hechos y épocas inimaginables. Uno de los más
sensacionales son los efectos especiales que inicialmente se llamaron “trucos”,
pues son la mezcla de varias técnicas surgidas en la industria fílmica
con el propósito de cruzar la frontera entre la realidad y la fantasía.
Estos artificios que se utilizan para dar apariencia de realidad a ciertas escenas,
se han convertido en una actividad especializada dentro de esta poderosa industria
y se ha desarrollado a la par de los avances tecnológicos.
Georges
Mélies, con títulos de gran importancia y maravilla como: A la
conquista del Polo, Viaje a la Luna y El hombre con cabeza de caucho, entrarían
por la puerta grande en la historia del cine, como uno de los más grandes
precursores de los efectos especiales. En un primer momento muchos productores
y directores centraron su trabajo en este fascinante recurso y llegaron, incluso,
incluso a crear un subgénero.
Por Sistemas, el 11/05/2005.