Sistemas

¿Qué es la Tecnología Disruptiva?


Cuando mentamos el término “tecnología disruptiva”, lo que nos viene a la mente rápidamente es una tecnología basada en los últimos avances técnico-científicos, como la nanotecnología, los láseres, el grafeno o la 5G.

Si bien todas estas tecnologías tienen el potencial de erigirse en disruptivas, tal vez no todas lo acaben siendo, pues es su puesta a la práctica, y el efecto que causan sobre el mundo lo que confirma si son o no disruptivas.

Una tecnología disruptiva es aquella que supone un antes y un después en la forma de hacer las cosas, un punto de inflexión que produce cambios directos en el sector al que afecta y directos o indirectos en la sociedad.

No es algo nuevo, sino que -y sin necesidad de que apareciera el concepto- se ha ido repitiendo cíclicamente en la historia de la humanidad desde sus primeros tiempos. ¿Qué si no es la rueda?

Y no digo el fuego porque estamos hablando de tecnología, lo cual implica una intervención humana, y el fuego no es más que un estado de la materia que, para conseguirlo, eso sí, tenemos que conocer algún tipo de tecnología para utilizarla.

Otro ejemplo de tecnología disruptiva no moderna es la imprenta, que permitió sistematizar la publicación de libros incrementando su difusión y permitiendo que el saber empezara a llegar a personas que, con los libros hechos exclusivamente a mano, no podía llegar.

La tecnología más disruptiva de las últimas décadas es, sin lugar a dudas, la del silicio.

Esta ha dado lugar a los microprocesadores, memorias, y componentes que conforman los sistemas informáticos, los smartphones, las smart TVs, y el resto de los dispositivos electrónicos de los que disfrutamos hoy en día.

Dentro de esta tecnología disruptiva que es la del silicio, también hay otras tecnologías derivadas que han marcado un antes y un después. Este es el caso de las pantallas multitáctiles (recordemos de la revolución que supuso el primer iPhone, sin marcha atrás posible), de las comunicaciones inalámbricas de todo tipo, de Internet,…

Para saber si una tecnología es realmente disruptiva, esta debe permanecer en el tiempo (hasta ser sustituida o complementada), y debe llevar aparejados cambios que van más allá de su mero uso.

Por ejemplo, los primeros smartphones como el iPhone original nos han legado conceptos como la tienda de aplicaciones, o las apps ligeras, que a día de hoy han trascendido a otros terrenos como la informática de sobremesa o los televisores inteligentes.

Otra tecnología disruptiva (muy disruptiva y que ha marcado la faz de nuestro planeta y cómo nos movemos), es la del automóvil y, antes de esta, la de la máquina de vapor, que dio lugar a la revolución industrial.

Las tecnologías disruptivas pueden cambiar de arriba a abajo un mercado ya establecido, o crear una completamente nuevo, o ambos.

En el caso del automóvil, se revolucionó una red de transporte dependiente de la tracción animal y, más adelante, del vapor, para llevarla a algo que podía permitirse cualquier persona, y también abrieron un nuevo mercado de construcción de infraestructuras (carreteras, autopistas, talleres, gasolineras,…) y de servicios (seguros, autoescuelas,…).



Por Guillem Alsina, el 12/05/2018.

Historias relacionadas

Volver al inicio