Definición de Domótica
Estamos ante otro término de gran auge en la actualidad… todos hemos escuchado hablar en alguna ocasión de las casas o edificios ‘inteligentes’, o incluso de los electrodomésticos ‘inteligentes’. Bien, aunque quizás el adjetivo de inteligentes les venga un poco grandes, si es cierto que existen en la actualidad neveras capaces de saber cuando hace falta realizar la compra de ciertos productos, robots de limpieza que se programan solos para limpiar las habitaciones, centralitas que regulan la calefacción y la iluminación según la época del año, la temperatura exterior y la hora del día… etc, etc…
De todos estos avances es responsable la domótica (domus viene del latín y significa casa). Es la ciencia que intenta aplicar los avances informáticos y técnicos al día a día del hogar. Los objetivos varían desde buscar una mayor comodidad, automatizar tareas pesadas, aumentar el confort y el bienestar o conseguir ahorro energético. Todo ello con el fin último de conseguir que la casa o el recinto cerrado actúa de modo automático y del modo más independiente posible, ajustándose a las necesidades y gustos de los ocupantes, y optimizando los recursos disponibles (sobre todo energéticos).
Aunque el concepto ya tiene sus años, lo cierto es que no ha sido hasta hace poco que los avances se han podido ir implementando de modo eso si, más lento al esperado por algunos. Estos avances han sido potenciados en los ultimos años por el aumento de la conectividad y del uso de las redes. Así, casi cualquier electrodomestico puede estar conectado a una red común y ser gestionado desde ella. Una pequeña centralita u ordenador central en la casa permite usar en cada momento el electrodoméstico adecuado, programarlos para ser más eficientes , o incluso pedir recursos a servicios externos (hacer la compra telemáticamente, solicitar una revisión en caso de averías, mandar emails informando de cualquier problema, avisar a la policía en caso de robo… etc). Y también permite comunicarse entre si a los electrodomésticos a fin de intercambiar información entre ellos.
Como vemos las aplicaciones son casi infinitas; desde el cuidado y la ayuda para personas discapacitadas, la gestión de la energía, la automatización de las tareas caseras o de los tiempos de ocio… etc.
La casa, recinto o edificio pasa pues a estar gestionada por un sistema informático en vez de por una persona (bye bye, am@s de casa). Este sistema informático puede ser central (gestionado desde un único punto) o bien pueden ser diversos sistemas que se intercomunican entre si (distribuido).
Por Sistemas, el 11/02/2005.