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¿Qué se entiende por Fintech?


Si para un sector, Internet y la explosión de la microinformática a nivel personal como, por ejemplo, el uso de smartphones, han representado un revulsivo en especial, este ha sido el de la banca y las finanzas.

Tanto es así que se ha acuñado un nuevo término que combina las prácticas bancarias y financieras con la tecnología: fintech.

Fintech, acrónimo de Financial Technology es la disciplina que se basa en las nuevas tecnologías para ofrecer servicios financieros.

Por su doble naturaleza, esta categoría es muy amplia, incluyendo usos como la inversión en bolsa, medios de pago digitales (como el uso del smartphone como tarjeta de crédito o los pagos online), big data para diversos usos relacionados con las inversiones financieras, o dinero electrónico (criptomonedas como los bitcoins, y tecnologías para su desarrollo, como el blockchain).

Aunque el uso de las tecnologías para el sector financiero y bancario se ha aplicado desde el principio, no ha sido hasta la generalización del uso del smartphone que no se ha acuñado el término fintech.

El motivo es que, si bien dicho término puede ser entendido de forma generalista como el uso de tecnologías para finalidades financieras, se aplica más bien al uso de apps para smartphones para este tipo de servicios.

Entre dichas apps contamos, sobretodo, con las que proporcionan servicios bancarios y de pago, así como inversiones en bolsa, ya que las primeras nos permiten realizar cualquier transferencia, consulta u operación sobre nuestras cuentas en cualquier momento y lugar en el que nos encontremos, así como utilizar nuestro smartphone del mismo modo en cómo utilizaríamos una tarjeta de crédito.

Igualmente, las segundas nos facilitan la posibilidad de realizar inversiones en bolsa y seguir las cotizaciones desde cualquier parte y en cualquier momento.

La explosión del uso del celular en aplicaciones bancarias y financieras, han disparado el interés en el sector, y han hecho proliferar las empresas dedicadas.

Esto, a rebufo de la inyección de fondos en forma de financiación de empresas y proyectos concretos, así como adquisiciones, que están llevando a cabo las entidades bancarias y financieras, persuadidas que el futuro pasa por ofrecer más servicios a través del smartphone y de Internet, que en las oficinas.

Esto también tiene su parte negativa, como es el cierre de oficinas bancarias y la pérdida de puestos de trabajo asociada a este hecho.

La explosión de las fintech también ha llevado a que aparezcan entidades bancarias sin oficinas físicas.

O con unas pocas, solamente la central, y/o en ciudades destacadas. Dichas entidades trabajan exclusivamente por Internet, mediante sitios web y apps móviles.

Algunas de estas nuevas entidades son filiales de bancos “tradicionales”, mientras que otras son entidades de nuevo cuño.

Los servicios de pago, como Paypal, también han proliferado, y las diversas criptomonedas y divisas de uso local, siempre en forma de experimentación.

Este ecosistema de empresas ha dado lugar también a mucha especulación.

Es algo normal del sistema financiero capitalista, pero bien es cierto que entre las startups ha habido algunas que han vendido mucho humo y poca cosa más.

Fotolia – Ulia Koltyrina



Por Guillem Alsina, el 23/01/2019.

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