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La tecnología, la vida moderna y las adicciones


La tecnología, la vida moderna y las adicciones

Autor: Germán Isaac

Siendo que en nuestra vida cotidiana (al menos en las clases sociales que acceden a las nuevas tecnologías) tenemos contacto continuo con aparatos tecnológicos informáticos, somos cada vez más propensos a depender de estos como si fueran necesidades vitales.

Internet, la TV, la telefonía móvil, el exceso de trabajo, las adquisiciones electrónicas se encuentran produciendo muchos sucesos de dependencia entre las personas más jóvenes.

Se supone que este marco social-tecnológico les brinda a los adolescentes vías de escape (huir de los problemas) y formas de refugio por medio de la distracción, y estos comportamientos los alejarían de sus verdaderos problemas sentimentales y familiares, por ejemplo.

La adicción al trabajo se ve reforzada por la terrible competencia del mercado global: o sos competitivo o quedás excluido. A este grupo de ‘adictos’ se los llama en inglés ‘workaholics’, aunque sería bueno aquí poner un punto y expresar lo siguiente: esta sociedad tiende cada día más a poner nombres de enfermedades donde muchas veces no las hay.

Por ejemplo, si le preguntas a 100 personas que pasan caminando por la esquina si están estresadas, quizá más del 50% te responderá que sí lo está, mientras que, si a esas 100 personas las estudiaría un grupo de psicólogos, médicos y psiquiatras, encontrarían que sólo un pequeño porcentaje sufre de algo que puede llamarse científicamente stress.

Es decir, hay una gran exageración de la mirada que se pone sobre los síntomas, que -sin desconocer una realidad- en parte justifican industrias farmacéuticas como las de los ansiolíticos.

Antes, si alguien estaba 60 horas a la semana trabajando, era un laburante superexplotado, pero no un ‘adicto al trabajo’, era alguien que estaba siendo maltratado, o que era un fanático (que no es lo mismo) del trabajo. Ahora es un adicto (o al menos se esfuerzan por ver patologías por todos lados).

Lo mismo vale para el resto de las nuevas ‘adicciones’.

Se suele informar que ‘Casi la mitad de los poseedores de computadoras personales dicen que no pueden concebir su vida sin la PC. La misma proporción de usuarios de teléfonos celulares dice lo mismo acerca de esos artefactos portátiles’, pero ¿qué se dirá de un estudioso que lee muchos libros? ¿qué es adicto a la literatura? NO! se le dirá que es un estudioso, y punto.

Personalmente esperaría unos años para ver cómo los estudios crecen en seriedad (eso espero), y a no alarmarse, pero siempre todo con medida es mejor.

Más información:

http://laflecha.net/canales/blackhats/200512255/

http://weblog.mendoza.edu.ar/jinformatico/archives/009132.html



Por Marcos Guglielmetti, el 12/10/2006.

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