Sistemas

Obsesivos con los videojuegos


Mucha agua corrió por este río, y seguirá corriendo. Tanto se habló de las adicciones y las enfermedades a las que se podía llegar por el uso abusivo de los jueguitos, que ya no es de extrañar que se sigan haciendo estudios y conjeturas al respecto.

El punto que ahora están viendo es si esta obsesión que tienen muchos consumidores de videojuegos será considerada como una adicción y así pasaría a formar parte del manual de dolencias mentales, por lo que si alguien tiene que llevar adelante un tratamiento, sería cubierto por el seguro médico.

Al parecer, un grupo de doctores se reunirá el próximo fin de semana en los EE.UU. durante un encuentro organizado por la Asociación Médica Estadounidense (AMA), para tomar una decisión al respecto.

Pero por supuesto que nada será fácil. Porque en el otro lado, se encuentran tanto los médicos que dicen que considerarlo una enferedad psiquiátrica ya es demasiado como también los fabricantes de videojuegos

Hay datos que dicen que el 15% de los adolescentes que juega con los videojuegos en los Estados Unidos, podría ser adicto.

Según las consideraciones médicas, los chicos y especialmente los adolescentes que están obsesionados por los videojuegos están mucho tiempo encerrados en sus habitaciones, no comen, no se duchan, no van bien en la escuela y están un poco agresivos.

En realidad, creo que muchas de estas son caracteristicas de los adolescentes en general. Quien de adolescente no se pasaba horas encerrado en su pieza sin querer ver a nadie o quién en algún momento no anduvo muy bien en la escuela.

Si bien no es lo mismo mi opinión que la de los médicos, por supuesto, creo que antes de considerarlo como una adicción hay que ver las cuestiones que tiene cada uno de fondo que hacen que los videojuegos se conviertan en su refugio.

Más información:

http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=76070

http://internetblog.emol.com/archives/2007/06/eeuu_evalua_con.asp

http://www.todito.com/paginas/noticias/Tecnologia/219397.html



Por Analía Lanzillotta, el 21/06/2007.

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