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“Save XP!”. Y Microsoft, ¿sigue sin escuchar?


Hablar acerca de Microsoft es hablar, indiscutiblemente, de un gigante tecnológico. Se esté de acuerdo o no con sus productos, se esté de acuerdo o no con que si realiza prácticas monopólicas y se esté de acuerdo o no con lo que fuere, decir Microsoft es referirse -cuantitativamente hablando- al rey de los sistemas operativos.

Prueba de ello es el porcentaje de usuarios a nivel mundial que utilizan el Windows, y si bien en los últimos tiempos hubo un atisbo de migrar hacia otros sistemas, no se puede decir que esto podría causar el derrumbe de la compañía. El Windows sigue apostado en casi el 90% de las computadoras.

Pero esta posición de gigante que ya tienen tan incorporada también suele ser la que crea tantos conflictos a su alrededor. Uno de ellos tiene que ver con su conocida lucha entre el Windows Vista y el XP. Según la compañía, estos son los últimos meses de vida de su XP, el sistema que está en más del 70% de los equipos y el que los usuarios que lo tienen instalados, se rehúsan a cambiarlo, entre los que me incluyo, por diversas cuestiones que van desde las fallas de algunas de sus aplicaciones hasta no tener una máquina equipada con los recursos necesarios para sostenerlo.

Entonces, ¿por qué cambiar por un sistema obligatoriamente? Si quiero seguir con XP, ¿por qué tengo que migrar sí o sí a Vista? Obviamente, que es porque las ventas que tuvo su último sistema fueron desastrosas y bueno, hay que hacer algo, ¿no? O lo compran o lo compran. Aunque la compañía continúa sosteniendo que desde sus inicios en enero del año pasado, es el sistema con el que más cantidad de licencias ha vendido.

Si alguien duda de las prácticas monopólicas de Microsoft, entonces ¿esto qué es? Y les vuelvo a recordar que soy usuaria de Windows. Pero que uno utilice su sistema, no significa que va a aceptar todo lo que planteen agachando la cabeza, aunque no estemos de acuerdo con algo.

Pues bien. Muestra de esta postura de decir que No es lo que comenzaron a realizar algunos usuarios del XP. Un grupo de ellos comenzaron una campaña online en contra de esta imposición de la compañía de Redmond. Un ejemplo de ello es un pedido a través de la Web que inició un reconocido periodista de tecnología, Galen Gruman, que tiene como estandarte la frase “Salven a XP” (Save XP). Con esta iniciativa, el periodista recolectó más de 140 mil firmas y varios miles de comentarios acerca de la NO eliminación del sistema.

La mayoría pide que por lo menos permitan que continúe este sistema hasta que aparezca una nueva versión del Windows, el que posiblemente estaría listo para fines de 2009 y principios de 2010 (la misma compañía ya comentó que está muy avanzado en esto) y el que tendría un núcleo mucho más liviano que el actual y una estructura modular (es decir, un sistema central relativamente pequeño y diversos módulos que el usuario cargaría según su voluntad).

Las posturas de algunos de los usuarios son muy determinantes al respecto. Aseguran que de seguir Microsoft con esta actitud, migrarían de sistema pero no al Vista sino directamente a Mac o a Linux.

¿Y Microsoft? Por ahora parece no escuchar y hacer oídos sordos a todas estas demandas de sus usuarios. Pero ¿será realmente que no escucha?, ¿será que cree que es el intocable al que nada le puede pasar?, ¿será que no quiere reconocer que, como todo el mundo, puede cometer errores y que alguna vez, puede fallar, como pasó con el Windows Vista?, ¿será que a pesar de reconocer su error no está dispuesto a perder un peso en todo esto por lo que quiere vender su último sistema a toda costa?

Pero estas determinaciones y estas actitudes se le vuelven totalmente en contra. Incluso estas estrategias pueden hacer que tiemble su reino. Según analistas de la consultora Gartner que estuvieron en unas charlas en Las Vegas la semana pasada, la situación actual de la compañía es insostenible y el nuevo Vista es ruinoso, además de asegurar que Windows es un sistema demasiado monopólico. Hasta ya están vaticinando un posible derrumbe si finalmente no se decide a realizar modificaciones profundas.

Personalmente no soy una analista del mercado que pueda decir que todo lo que ha conseguido en estas décadas se vaya a desmoronarse de un día para otro. Pero sí creo que Microsoft continúa llevando adelante las mismas prácticas monopólicas que le dieron el lugar en la cima y que es inminente la necesidad de cambios estructurales en un mercado en el que no está solo. Una postura más abierta, en donde el usuario acostumbrado a Windows sea el que decida qué versión del sistema operativo quiere utilizar, sería un buen comienzo.



Por Analía Lanzillotta, el 20/04/2008.

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