Bill Gates se retira: Las miserias del sistema
Ya que Bill Gates se retirará una sola vez en su vida (y que nos ha molestado por décadas), aprovechemos el momento para hablar de lo que ha dejado. Las incompatiblidades y obstáculos en materia de operación con otros sistemas de software son un clásico de la empresa Microsoft, por tal motivo la Unión Europea le pidió a la empresa de Redmond que publicara las especificaciones de su software, y como esta no acató la medida de buena manera, le impuso una multimillonaria multa a modo de lección.
Tal como explica Stallman en el reciente artículo publicado en la BBC, Microsoft de a poco nos ha hecho creer que ayudar al prójimo es el equivalente moral a ser un pirata, o sea, atacar barcos ajenos: una locura desde todo punto de vista.
Durante este año Microsoft logró la aprobación de su estándar pantentado e inimplementable OOXML, por parte del ISO, cuestión que está siendo investigada por la Unión Europea.
Tales acciones no son eventos extraños en la vida de Microsoft, son parte de políticas sistemáticas e intolerables, síntomas de un error mucho más profundo que la mayoría de la gente no reconoce: el software privativo.
El software de Microsoft se distribuye bajo licencias que mantienen a los usuarios divididos, impotentes y sin ayuda. Divididos porque tienen prohibido compartir copias con cualquier otra persona, e impotentes porque no pueden acceder a la receta del software que los programadores podrían modificar.
Si el lector es programador y quisiera modificar el software por sí mismo o con la ayuda de alguien más, no podría. Si habláramos de un negocio y quisiéramos pagar a un programador para que el software se adapte mejor a nuestras necesidades, tampoco podríamos hacerlo. Si lo copiáramos para compartilo con nuestros amigos, lo cual es una simple actitud de buena conducta social, ellos nos llamarían piratas.
Por Marcos Guglielmetti, el 03/07/2008.