¿Qué es el Sexting? (sex+messaging)
Una nueva tendencia se está abriendo paso rápidamente en los países anglosajones (y, especialmente, en los Estados Unidos), empezando a extenderse por todo el mundo: el Sexting.
Este neologismo nace de la unión de las palabras inglesas sex y texting, aludiendo a los mensajes SMS de cariz “picante” que se envían algunos jóvenes norteamericanos, pero últimamente se ha ampliado a todo un catálogo de prácticas “erótico-festivas” que tienen por eje de transmisión las nuevas tecnologías, ya sea a través de teléfonos móviles, chats o webcams.
También debemos distinguir esta práctica del cibersexo, en el que y a través de chats, se mantienen conversaciones subidas de tono adscritas a provocar el aumento de la libido de aquellos que intervienen en la conversación. El cibersexo, en cualquier caso, vendría a ser una parte del Sexting.
Esta práctica la realizan sobretodo jóvenes, adolescentes, que aún están descubriendo su sexualidad y que a menudo no se atreven a preguntar a sus padres o educadores, y experimentan con ella como pueden. Todos sabemos sobradamente que a estas edades hay un tabú que impera, que es el de la virginidad. Los chicos y las chicas viven de forma diferente esta “cuenta” atrás; mientras que ellos lo esperan con deleite y buscan la primera candidata posible con la que puedan, ellas son más selectivas (al menos, por norma general), se lo piensan más y eligen de forma más eficiente el chico.
Es en este ambiente en el que, con normalidad, surgen prácticas que permiten a los adolescentes expresarse sexualmente pero sin llegar a consumar el acto, como el petting. Si este consiste en tocarse, acariciarse y besarse pero sin llegar a la penetración, el Sexting sustituye el contacto físico por el estímulo visual, pero sin emplear el erotismo comercial (revistas, vídeos), sino cambiándolo por algo personal.
Es lógica su aparición: si antes uno quería hacer unas fotos privadas, necesitaba revelarlas en un sitio de confianza. La aparición de las cámaras digitales permite hacer estas mismas imágenes sin tener que buscarse la vida para obtener un revelado en un lugar de confianza o bien revelarlas un mismo, y igualmente pasa con los vídeos.
La cara oscura de esto es obvia: cuando las imágenes salen del ámbito personal para convertirse en objeto de burla del lugar de residencia o del círculo social más inmediato. Esto lo sufren especialmente las chicas en una sociedad en la que, por mucho que lo intentemos cambiar, aún hay un papel predominante del hombre sobre la mujer: nosotros aún cobramos más que ellas en general por el mismo puesto de trabajo, las posiciones de altos ejecutivos y de cargos de responsabilidad aún las ocupan muchos más hombres que mujeres,… Esta diferencia de roles se ve claramente en la sexualidad: son muchas, muchísimas, las personas (sobretodo hombres) que aún consideran que aquel hombre que va con muchas mujeres es todo un macho digno de admiración, mientras que la mujer que va con muchos hombres es, simplemente, una… ¿es necesario que diga el término?
Dejando de lado la estupidez de estos argumentos y el hecho de que todo el mundo puede hacer lo que quiera con su cuerpo mientras no moleste al vecino, la aparición de unas fotos con una persona desnuda en su círculo social más próximo afecta infinitamente más a una mujer que a un hombre, así que si las imágenes tomadas en pareja o en solitario en un momento de intimidad acaban en Internet, eso puede ser un auténtico desastre, y más aún si se trata de personas jóvenes (adolescentes).
Ya sabemos que los niños son… iba a escribir malos, pero no, es que simplemente son niños. Reírse de los demás y decir las verdades es algo que parece que los salga de dentro, por lo tanto, imaginaos si un grupo de chavales de 13-14 años ve colgadas en Internet las fotos de una compañera de clase suya desnuda. En los Estados Unidos se han dado casos de familias que han tenido que mudarse a otra parte del país, porque ni cambiando a la hija de escuela podían conseguir que esta se escapase de las burlas de sus conocidos y compañeros de clase.
Otro peligro son las ex-parejas resentidas. Si en un momento de excitación hemos tomado algunas imágenes íntimas que han quedado en poder de la otra persona, estas pueden ser empleadas como arma en el futuro para vengarse por un abandono. Esto ha dado lugar también a numerosas páginas eróticas o pornográficas, los contenidos de las cuales se construyen con estas fotos robadas, o bien las que corresponden a una noche en la que el alcohol no dejó de correr…
Por Guillem Alsina, el 27/05/2009.