OLPC: Punto final y que sea lo mejor para los chicos
Desde hace meses estamos informando sobre el tema del programa One Laptop Per Child (OLPC) en MasterMagazine tanto Marcos como yo. Pero estas últimas acciones que se fueron desarrollando marcan, para mí en lo personal, un punto final con todo este cambalache.
Iniciado como un proyecto de ayuda para proveer con computadoras a los chicos con bajos recursos de los países con dificultades económicas -una iniciativa más que estimulante-, hoy ya todo esto se transformó en una comparsa por la que todos desfilan con sus disfraces para ver quién se queda con el premio mayor.
Hasta hace unos días rivales indiscutidos, en donde incluso quien está a cargo del proyecto OLPC, Nicholas Negroponte, refunfuñaba contra Intel indignado por este proyecto paralelo, hoy esa misma persona sale a declarar a través de un comunicado de lo bueno que es esta unión.
Sólo ellos sabrán los motivos que finalmente llevaron a este acuerdo; quizás el peso de Intel fue demasiado para que pudiera soportarse. Lo que es seguro es que esta unión no se debe al amor que uno siente por el otro. Y lo que también es verdad es que en el medio del negocio de las computadoras más baratas, los más perjudicados están siendo justamente los destinatarios de esas unidades: los chicos.
Y no porque en definitiva no tengan las PC´s (quizás a fin de año muchos ya empiecen a utilizarlas, eso lo veremos con el correr de los meses), sino porque se valen de su imagen, para publicitarse. Y para hacer el negocio, por supuesto. Porque por más baratas que salgan las laptops de OLPC o las Classmate PC de Intel, lo cierto es que no van a hacer nada sin que haya una ganancia de por medio.
Es que por más buenas intenciones que haya surgido tanto una como la otra propuesta, estas actitudes que tienen hace que uno finalmente termine siendo escéptico. No puedo entender cómo hace dos días se odiaban y hoy son amigos. Bah, no es que no puedo entenderlo porque en el mundo capitalista todo vale, pero es que resulta indignante que utilicen a los chicos “pobres” como pantalla para todo este circo. Y pongo pobres entre comillas porque más de uno de estos altos personajes que tiene su billetera y su cuenta en el banco repletos, son muy pobres como seres humanos.
Ya se, es algo que pasa continuamente y este hecho en sí no marca nada diferente a lo que sucede en este mundo caótico, pero para mi en lo personal, y como dije anteriormente, este capítulo puso un cierre en la historia. ¿Para qué seguir informando lo que se escribe con la mano si después el otro lo borra con el codo?
Lo único a que anhelo con todo esto es a que finalmente, sigan o no con esta nueva relación amorosa y después de alardear tanto sobre sus buenas intenciones, ese motivo que generó todo esto tenga un final feliz para los chicos y que puedan tener una computadora en sus manos. Nada más que eso. Entonces ahí, voy a volver a escribir algo para decir que estuve equivocada y que lo que hicieron, realmente valió la pena. En verdad, espero que llegue ese día.
Más información:
Por Analía Lanzillotta, el 17/07/2007.