Entrevista a Federico Heinz: Software Libre, Educación y activismo
Hola Federico, sería bueno que te presentaras vos mismo ante nuestros lectores, ¿cuáles son tus estudios, intereses ocupaciones actuales?
Programador autodidacta con estudios incompletos en cuatro universidades de dos continentes. Como programador, trabajé principalmente en software de bajo nivel, comunicaciones y herramientas de desarrollo, pero ahora no estoy programando más que ocasionalmente (¡y lo extraño!). Trabajo con programas libres probablemente desde 1988 (Emacs y Gcc, qué distinta hubiera sido mi vida sin ustedes), pero me tuve que pasar por la espantosa experiencia de gerenciar la informática de una empresa más bien grandecita para darme cuenta de la dimensión del daño que produce el modelo privativo. Actualmente trabajo en Fundación Vía Libre, una organización civil sin fines de lucro que trata de aportar para que, en la adopción desenfrenada de tecnología en la que estamos metidos, no se nos olviden las características que hacen que una sociedad sea vivible: libertad, igualdad, solidaridad, etc.
También participo en el que creo que es el proyecto de software libre más importante de todos en Argentina, GLEducar, soy miembro de GrULiC y me siento (mal que les pese) miembro adherente de un montón de LUGs donde tengo entrañables amigos: CaFeLUG, LUGRo, LUGLi, LUGMen, y otros que probablemente agradezcan que no los escrache.
En abril de 2006 informábamos que el Ministerio de Educación de la Nación Argentina realizaba un evento en el que se festejaba el entrenamiento de estudiantes en pos de ser usuarios del software de Microsoft; en tal ocasión se repartió un volante con la consigna "Dígale NO a la Alianza por la Educación".
¿Por qué decirle no a esta alianza?
Me viene a la mente una frase, no recuerdo dónde la leí, que decía que quizás sea posible que el león y el carnero yazgan uno al lado del otro, pero te aseguro que el carnero no va a pegar un ojo. Esta “Alianza para la Educación” no es una alianza, ni tiene que ver con educación. Un titulo mucho más adecuado sería “Clientelismo para el Entrenamiento”: Microsoft esencialmente le brinda al Ministerio la oportunidad de sacarse fotos ante la prensa, a cambio de que éste le permita usar al sistema educativo público como espacio de publicidad, entrenando a los estudiantes en el uso de sus programas.
No quiero pensar qué pasaría si el Ministerio permitiera a Monsanto capacitar a los docentes en materia de ecología. No creo que fuera aceptable que la capacitación docente en nutrición estuviera a cargo de Mc Donald’s y Coca-Cola. Sin embargo, aquí tenemos al Ministerio de Educación poniendo la capacitación en informática de sus docentes en manos de una empresa que ha sido condenada repetidas veces por abuso de poder monopólico.
¿Cómo ha seguido todo este movimiento de Microsoft, el gobierno, la implantación de tal "Alianza" y la "contra" por parte de grupos promotores del Software Libre?
El movimiento de software libre tiene poco espíritu de “contra”. Como estrategia, la construcción de alternativas mejores ha resultado más efectiva que la oposición. De eso se trata el proyecto GNU: oponerse al poder corporativo en este caso hubiera sido suicida. La construcción de una alternativa libre fue muchísimo trabajo, pero está teniendo un éxito sin precedentes cuando lo comparamos con otros movimientos de “resistencia”. En el caso de la “alianza”, las acciones mediáticas como la que mencionaste más arriba tiene su lugar como herramienta táctica (en esa ocasión logramos que la mayor parte de la prensa reportara no sólo acerca del evento, sino también acerca del disenso), pero la estrategia central pasa necesariamente por la construcción de una alternativa mejor y viable, como intenta hacerlo GLEducar.
¿Este tipo de protestas podría encausarse dentro de los llamados "movimientos anti-globalización"?
La globalización es mala en tanto y en cuanto se plantea en términos de globalizadores y globalizados. Pero el software libre mismo es un movimiento globalista. Hay muchas cosas que queremos que se globalicen: la justicia, la libertad, la igualdad… Me cuesta mucho encuadrar al software libre y sus acciones en términos de anti-algo, es mucho más sencillo (¡y productivo!) buscar una definición positiva. Estas actividades no son ni siquiera anti-Microsoft: son acciones a favor de una educación de mejor calidad, y que enseñe tanto contenidos como valores.
¿Por qué es tan importante que la educación se realice con software libre?
Esto es algo que Richard Stallman ya explicó mucho mejor que lo que yo podré hacerlo jamás. Lo único que yo agregaría a lo de Richard es que, de la misma manera que un niño no está “alfabetizado” hasta que aprendió los rudimentos de la escritura, la matemática, la pintura, la música, es decir hasta que no intentó al menos trabajar con las herramientas esenciales con las que se construye la cultura, no podemos decir que alguien está “alfabetizado digitalmente” si nunca intentó siquiera escribir un programa. La programación es la herramienta con la que se construye la técnica cultural de nuestra época, y la mejor forma de aprenderla es con software libre. Seguro: muchos niños van a odiar la materia, de la misma manera que yo detesté Artes Plásticas durante todo el primario y el secundario. Pero sobreviví y, en restrospectiva, me alegro de que me hayan obligado al menos a intentarlo.
¿A tu juicio ¿cuál sería el nivel educativo en el cual sería más necesaria o crucial la adopción de Software Libre? ¿Primario, Secundario, Terciario, Universitario?
No hay prioridades. Seguramente en todos ellos, el uso de informática va a ir creciendo con el tiempo. Y en todas esas instancias, es importante que el software que usen sea libre.
¿Tiene sentido hablar de desarrollo local de software cuando vivimos en un mundo tan globalizado e interconectado?
El software libre se desarrolla en todo el mundo, pero la gente que lo desarrolla vive, necesariamente, en algún lado. Creo que la evidencia muestra que es posible (¡y necesario!) construir comunidades locales con capacidad de desarrollo de programas, que nos permitan articularnos en la construcción global de este enorme legado cultural que llamamos software. Es como aquel slogan que decía “piensa globalmente, actúa localmente”. Lo que hacemos en software libre tiene impacto global, lo querramos o no, y si tenemos algún éxito, entonces tendremos no sólo una base global de usuarios, sino también de desarrolladores. En ese sentido, coincido contigo en que es muy difícil hablar de proyectos “locales”, salvo quizás los de localización de software a lenguajes usados en determinadas zonas.
¿Cómo ves el panorama actual en materia de adopción de Software Libre en ámbitos educativos en todos los niveles en nuestro país?
Esquizofrénico. Las universidades, sobre todo las nacionales, ya tienen en claro que es un contrasentido usar software privativo, y así hay muchas declaraciones en ese sentido, pero las verdaderas acciones en consecuencia son mucho menos comunes. En educación básica y media, hay mucho desconcierto, sobre todo cuando ves acciones como las del Programa Integral para la Igualdad Educativa (PIIE). Este es un programa de fortalecimiento de escuelas que, entre otras cosas, les provee un laboratorio de informática equipado únicamente con software libre. El problema es que allí se terminan las buenas noticias: el software viene sin configurar de modo que, cuando anda, se ve horrible, se trata de una versión antediluviana, no le dan a las escuelas las claves necesarias para actualizarlo e instalar nuevos programas. Y por si esto fuera poco, acompañan la instalación del laboratorio con un programa de capacitación (FOPIIE) que tiene como eje una serie de materiales contenidos en un CD que sólo se puede leer usando Explorer, e incluye ejercicios y actividades en las que piden usar programas específicos de Windows. Resultado: muchas de esas escuelas hoy tienen instalado Windows trucho en el laboratorio, y están convencidas de que el software libre “no sirve”.
Los gobernantes cambian muy seguido en nuestro país y caen en la fascinación por soluciones de grandes empresas multinacionales que no necesariamente están adecuadas a nuestra realidad. Te doy un sólo ejemplo: cuando yo estudiaba en Bellas Artes, hace 10 años se compraron 10 computadoras Mac de Apple, las cuales nunca fueron compatibles con el software que los estudiantes manejábamos en casa, y encima al poco tiempo quedaron obsoletas porque no podían actualizarse.
¿Cómo se podría lograr establecer una política de desarrollo de las TIC a largo plazo en el país?
La única manera que hay de establecer una política de desarrollo de TICs es (perdón por la redundancia) participando en el desarrollo de TICs, en vez de ser meros usuarios. Para ello, creo que lo mejor sería fomentar que los sectores que más mueven la economía en Argentina (industria, agro) contraten a empresas y desarrolladores de software argentinos para construir programas que mejoren su competitividad internacional. Idealmente, el fomento estatal debería limitarse a aquellas piezas de software que vayan a ser publicadas como software libre, así todos nos beneficiamos con el producto de los fondos públicos. Un maravilloso ejemplo de cómo no hacerlo es el de mi querida provincia de Córdoba que, con tal de lograr que se instalen aquí empresas del porte de Intel, Motorola, EDS y otras, les paga el alquiler de las oficinas, les subvenciona los sueldos y las exime de impuestos. Esto tiene como consecuencia que estos gigantes terminan quitándole todos los empleados a las empresas locales, que sí tienen que pagar los sueldos enteros, los alquileres y los impuestos, y todos sabemos que sin buenos empleados esas empresas se marchitan. Lo más divertido del asunto es que los cordobeses le regalamos todo ese dinero a estas empresas para que desarrollen software que Argentina nunca exporta, sino que en realidad terminamos importando cada vez que compramos un celular, un sensor médico, etc.
Daniel Scioli, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, lanzará la "autopista de la Información". El plan pretende articular el sector privado, universidades y gremios. ¿Cuál es tu opinión sobre este proyecto en el cual se integran empresas como Sun (la cual desarrolla software y hardware libre), Motorola, Oracle, IBM o Microsoft?
No hay suficientes detalles disponibles como para opinar al respecto, pero en general creo que estas iniciativas tienen el vicio de poner al zorro a cargo de cuidar las gallinas. Es natural que las empresas quieran vender sus productos, y les importa bastante poco si el cliente realmente le hacen falta o no. Para tener éxito, un proyecto de este tipo debe estar planteado desde los clientes, desde la demanda, y no desde los proveedores.
¿Implantar Software Libre como regla de uso obligatorio desde el Estado argentino hacia todo el sistema educativo sería algo bueno como estrategia? ¿De alguna manera reproduciría en parte cierta cultura "autoritaria", la cual podría ser contraria a los ideales mismos de este tipo de software?
No más autoritario que exigir que se enseñe Castellano como idioma, o que se use numeración arábiga en matemáticas. No debemos confundir la razón por la que esta exigencia (hay una diferencia sutil entre exigencia y obligación) es importante: no se trata de costos, ni de diferencias en calidad, sino del hecho de que con software libre podemos enseñar a los niños a desempeñarse como ciudadanos de pleno derecho en la era digital, mientras que con software privativo tenemos serias dificultades para lograr algo más que entrenarlos para ser usuarios pasivos y cautivos de productos que no pueden mantener, reparar ni reemplazar.
Por Marcos Guglielmetti, el 13/03/2008.