Nueva amenaza a la industria audiovisual: películas para ser vistas en línea
Parece que las poderosas productoras hollywoodienses aún no se han fijado en esta forma de compartir películas, pero pronto lo harán. Y tendrán que hacerlo impulsadas por el éxito que ahora mismo no tiene pero que pronto alcanzarán. Me refiero no a las descargas P2P, sino a una tecnología a mi entender más práctica, cómoda y "limpia": ver los filmes directamente desde Internet sin tener que descargarlos.
La tecnología hace tiempo que existe, y si no fíjense en YouTube: ¿qué es si no un almacén de películas? Desconozco si hay alguna limitación que impongan a nivel de duración de las grabaciones o de derechos de copyright, pero si obviamos eso, no sería posible guardar toda una película comercial de las que hacen en los cines en éste servicio propiedad de Google? Evidentemente, lo sería, y eso es lo que se empieza a hacer desde otros servicios.
Si buscamos "videos online" en cualquier buscador, con toda seguridad acabaremos llegando a alguna página en la cual encontraremos un extenso listado de películas (muchas de las cuales de estreno) que podemos ver de forma gratuita desde el mismo navegador, sin tener que descargar ningún programa ni instalar un cliente P2P como eMule.
Estas películas utilizan el habitual reproductor Flash de Adobe (el mismo que utiliza YouTube) así como el más reciente DivX entre otros, y presentan varias ventajas respeto a las descargas P2P habituales.
En primer lugar, no es preciso sufrir grandes esperas, pues el film se descarga de una sola "tacada" (puede tardar más o menos, eso si), y además se puede empezar a ver antes de que esté del todo descargado, cosa que con los sistemas P2P tradicionales, si bien no es imposible, si que es bastante difícil. Eso es debido al tipo de códec utilizado en estas filmaciones que se cuelgan en línea. Así pues, por lenta que nos vaya la red siempre podremos empezar a ver la parte que se haya descargado en algún momento.
Como que normalmente también podemos acceder directamente al tramo de película que queramos, nos es muy fácil empezar a ver una película en un momento determinado, dejarla a medias por falta de tiempo o por querer hacer otra cosa en aquel momento, y reanudar el visionado más adelante. Si, está claro que eso también lo podemos hacer con un fichero que tenemos en la computadora o con un DVD, pero si no te llevas el disco contigo o el fichero que contiene la película… será más difícil. En cambio, con los filmes en línea tenemos la ventaja de la ubicuidad, los podemos ver allí donde queramos y haya una computadora con conexión a Internet.
Una última ventaja que encuentro a estos sistemas es que no es preciso instalar nada en la computadora. Tal vez un plug-in para poder ver el metraje, pero se hará una sola vez y ya está. No es preciso pelearse con molestos programas P2P que, además, consumen ancho de banda de forma continuada. Si, es una afirmación un tanto egoísta (ya que con las películas en línea sólo descargamos, no estamos actuando de servidores para otros usuarios de la Red como pasa en las redes P2P), pero a fin de cuentas es una ventaja visto bajo el punto de vista del usuario.
Esta forma de uso la encuentro más que ideal para un usuario novato, ya que solamente pide conocer la dirección del sitio web en el que se encuentra la película. Para aquellas personas que no tengan muchos conocimientos de informática, la instalación del plug-in necesario para la visualización la puede llevar a cabo cualquier "amigo informático" (todo el mundo tiene uno; mis amigos me tienen a mí en este cargo, ya lo veis 😉 .
Andando por la cuerda floja
Todo cuanto he explicado parece que está bien, pero… ¿y el tema legal? ¿son legales estos servicios? pues sin ser abogado os diría que tanto como los P2P… o sea que más bien poco.
De hecho, nos encontramos con una especie de "vacío legal" si investigamos un poco el funcionamiento de estas páginas: las direcciones que ofrecen películas en línea presentan un reproductor que corresponde a un servicio externo que está colgado en otro servidor (es lo que se dice un reproductor ‘embedded’ o empotrado). Actúan, por lo tanto, como simples índices de estos otros servicios en línea que es realmente donde se ponen los contenidos de vídeo.
Si tomamos uno de estos servicios, como por ejemplo Megavideo, podemos encontrar en su cláusula de uso que no se permite la carga de material sujeto a derechos de copyright del que o no se sea el poseedor, o bien no se tenga permiso de dicho para subirlos a la Red. Pero, en el mismo documento, se especifica que los responsables de Megavideo no están monitorizando activamente todos los contenidos que pasan por sus servidores, así que informar sobre posibles abusos de derechos de propiedad intelectual o de copyright es una tarea que queda en manos de los legítimos poseedores, que tienen que ser los que busquen a los infractores e informen del abuso.
Es un método que ha funcionado hasta ahora sin que nadie "molestase" a la gente de Megavideo, pero creo que tampoco tardará mucho la industria cinematográfica en "interesarse" por ellos…
YouTube, en cambio, esto lo tiene más trabajado, y vigilan más con temas de derechos de copyrights, no en vano ya han sufrido alguna embestida de productoras o canales de televisión.
Así que lo que nos queda preguntarnos es cuando se despertarán las productoras cinematográficas y empezarán una ofensiva contra este tipo de servicios, ya sean las páginas que proporcionan enlaces o los servidores que almacenan el metraje (que yo creo que los palos bajarán por esta última parte).
En mi opinión, por el momento ésta industria tiene problemas a los cuales enfrentarse mucho más importantes, incluidos aquéllos que se refieren a las descargas ilegales en línea, ya que los servicios P2P continúan siendo el medio más popular para hacerlas. El visionado en línea ganará adeptos a lo largo del año que viene y el 2010, así que las primeras demandas serias las podremos ver a mediados del año que viene.
Por Guillem Alsina, el 02/11/2008.