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Bienvenidos a la nueva generación: los nativos digitales


Un grupo de "nativos digitales", foto por Cristóbal Cobo RomaníHan nacido rodeados de aparatos electrónicos y están recibiendo de pleno el impacto de la nueva era interactiva (Web 2.0, TDT, servicios en el móvil,…). No llegan ni a los veinte años, y la generación anterior ya no les entiende. Son los nativos digitales, aquellos nacidos en la última década del siglo pasado y que han crecido respirando electrónica. La televisión “de toda la vida” les parece poco, y no necesitan manuales de instrucciones para saber como funcionan los nuevos aparatos que les caen en las manos.

La verdad es que el término “nativos digitales” aún no tiene una definición universal y aceptada por todo el mundo, pero lo que os he escrito en el párrafo anterior creo que lo describe suficiente bien en términos generales.

Yo, sin embargo, aún añadiría una cosa más: su cultura es global, expresada localmente. El idioma es aún un cierto obstáculo (a pesar de que el inglés se ha convertido en la lengua oficial mundial de facto), pero las tendencias, modas y conocimientos, se empiezan a parecer en todas partes. Veamos si no las películas: aún recuerdo cuando era un niño e iba a la escuela (y de eso ya hace más de un par de décadas), que primero oías que una película la habían estrenado en Estados Unidos y, al cabo de unas semanas o incluso meses -años en algunos casos-, la estrenaban aquí. Igualmente pasaba con una serie de televisión, y además, no tenías muchas posibilidades de saber nada antes de verla.

Yo ahora utilizo Internet para saber como acabarán las series que sigo. Consulto la Wikipedia (la edición en inglés, naturalmente), busco la serie, después la guía de episodios, y voy leyendo los resúmenes que pone. No me molesta ver series de televisión sabiendo su final, y más de las que miro yo, de ciencia ficción de la buena, pero es que últimamente estoy viendo que según el canal en el que se emita la serie, aquí vamos solo una semana o dos atrasados con respecto a los Estados Unidos o Gran Bretaña (no os podéis perder Primeval, emitida en España como “Mundo Primitivo” por Cuatro, y la histórica Dr. Who). El mundo se empequeñece, todo se globaliza.

Pero no nos apartemos del camino que nos ocupa, el de los nativos digitales. Al haber crecido “mamando” Internet, los nativos digitales están acostumbrados a utilizar los servicios en línea interactivos. Es por eso que son muy participativos y altamente críticos con lo que no les gusta, podríamos decir que casi combativos.

Son usuarios habituales de redes sociales, un fenómeno que los ha “pillado” en una edad tierna y en la que aún son muy permeables a las influencias. Sitios como Facebook, Tuenti u Orkut son los habituales para relacionarse con sus amigos, lo que lleva a muchos a preguntarse si no estaremos viendo una generación de personas que tienen amigos en todas partes del mundo pero a los que les cuesta hablar con el vecino. Podría bien ser a la larga, pero por ahora mi experiencia me dice que más que aislar, Internet potencia que además de los amigos de la escuela, de la panda y del barrio, los chicos también tengan amistades más allá de su entorno inmediato. Esperemos que el futuro vaya en esta línea.

Para expresarse más artísticamente utilizan blogs (a pesar de que es una tendencia que se estanca), fotologs (van al alza) y servicios que les permiten crear sus listas de reproducción de música (también al alza) o, aún mejor, sus propias músicas mezclando otros temas. Así se explica el éxito de sitios como Yes.fm.

Pero, sobretodo, son felices compartiendo, y no me refiero solo a los polémicos servicios P2P, sino a cualquier contenido. A los nativos digitales les gusta que, por ejemplo, si leen una noticia que les interesa, esta tenga incorporados los botones para añadirla a su red social o “agregador” social preferido. De esta forma se explica el éxito de sitios como Meneame.net, que viven de congregar a grandes masas de internautas que les aportan cada uno de ellos los contenidos en forma de enlaces a otras páginas.

A estos enlaces, el resto de los usuarios del sitio web les puede dar un voto positivo o negativo, y comentarlos. Los votos positivos acostumbran a alimentar un sistema de puntuación de cada usuario. Los puntos acostumbran a llamarse Karma (a pesar de que esto puede variar entre sistemas de este tipo), y este hecho ha creado toda una serie de personas que parece que solamente vivan para ganar Karma, para alimentarse de esta fama caduca que proporciona Internet, y las batallitas particulares que esto provoca.

De hecho, hay quien dice que Meneame.net es un sitio que sirve a los intereses de unos pocos, de sus creadores, que dirigen un auténtica dictadura. La verdad es que no tengo nada en contra de que existan sitios web así, creo que la gran mayoría ya estamos bastante creciditos para distinguir si un sitio nos da información de calidad o no. Particularmente, no consulto casi nunca Meneame.net, solo lo hago ocasionalmente. No tengo nada en su favor o en su contra, simplemente no me atrae y ya tengo otras fuentes de información que me gustan más.

Esta nueva generación también tiene un lado oscuro: corren los mismos peligros de que, por ejemplo, les atraquen o los roben yendo por el calle y, además, tienen más posibilidades que les hagan alguna fechoría por Internet al pasarse muchas horas conectados en la Red. Así, y a pesar de estar avisados de las técnicas de phishing o de la amenaza a que suponen los virus, siempre pueden caer más fácilmente que alguien que no emplee Internet de forma tan habitual. Y hay que tener en cuenta que los cibercriminales refinan cada día más sus técnicas de engaño.

Otro aspecto negativo que puede pasar fácilmente desapercibido, y que de hecho es arrastrado por el desigual despliegue de las nuevas tecnologías, es el ensanchamiento de la llamada “brecha digital” entre las personas que tienen acceso a las nuevas tecnologías y las que no. Eso, a un macronivel se da entre los países del autobautizado primer mundo y los del conocido como tercer mundo, pero también dentro de un mismo país entre las personas con más recursos, tiempo y conocimientos y las que menos. Se ha dicho que la tecnología es un instrumento para darnos las mismas oportunidades a todos, y si, lo es, siempre y cuando el acceso a estas tecnologías se reparta equitativamente.



Por Guillem Alsina, el 09/06/2009.

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