Consejos para la migración desde Windows Server 2003
Windows Server 2003 llega al fin de su ciclo de vida. Esto no significa, evidentemente, que las máquinas que actualmente funcionan con esta versión del sistema operativo servidor de Microsoft, dejen de funcionar de un día para otro, pero sí que la compañía de Redmond no volverá a publicar parches de seguridad y para corregir errores, por lo que la migración a versiones más nuevas se hace necesaria.
Es por ello que, con una amplia base de instalaciones de dicha versión realizadas, vamos a dar unos simples consejos para que técnicos y administradores de sistemas puedan plantarle cara a un proceso de migración a una versión superior sin perder ni datos ni productividad.
Nuestra primera recomendación será que, antes de realizar la migración, tengamos en cuenta llevarla a cabo a Windows Server 2012 R2. Con ello nos saltaríamos un paso (Windows Server 2008), pero a cambio ganaríamos en tranquilidad, puesto que la versión que os proponemos de Windows Server mantiene soporte técnico hasta, por lo menos, el 2020. Unos cinco años de tranquilidad.
Mientras, las versiones iniciales de Windows Server 2008 ya están recibiendo “soporte extendido”, lo que significa que la compañía de Redmond tampoco va a tardar mucho en “cortarles el oxígeno”.
Debemos ser exhaustivos a la hora de inventariar tanto las aplicaciones que corre nuestro servidor, como las tareas que debe desempeñar. En esta lista deberíamos también incluir los drivers del hardware que tengamos instalado en el servidor.
Hay que pensar que el soporte del hardware también “caduca”, y que las compañías productoras de los sistemas operativos van dejando de lado el soporte para determinado hardware con tal de poder actualizarse y, de paso, forzar a que los usuarios adopten los nuevos estándares de hardware.
En este sentido, también deberíamos consultar con Microsoft el soporte de Windows Server 2012 para el hardware ya algo añejo que podamos tener. En algunos casos, tal vez nos salga más a cuenta cambiar directamente todo el servidor. Id con cuidado, sobretodo, en el paso de los 32 a los 64 bits.
Realiza una copia completa del servidor, pero no solo de sus datos; asegúrate que puedes replicarlo todo nuevamente en el caso de que surja un problema en mitad del proceso.
Estas copias no se pueden hacer con los programas de backup tradicionales, sino que deben ser realizados mediante software especial que permite copiar la información de la partición y de arranque, de forma que incluso se puede replicar una máquina dentro de un entorno virtualizado o en otro servidor físico. Soluciones como las de Symantec o Acronis permiten realizar esta tarea.
Por cierto, y ya que he mencionado el tema de la virtualización, si no tienes tu server virtualizado, tal vez sería un buen momento para pensar en ello…
Si no lo tienes también hecho, sería conveniente separar las cuentas de usuario del sistema y las aplicaciones en particiones diferentes.
Algo que puede acelerar notablemente tu servidor es el cambio de las unidades de almacenamiento mecánicas por unidades SSD, ya plenamente soportadas por la última versión de Windows Server.
En general, la migración de un servidor debe ser vista no solo como un reto y una molestia (que lo son sin duda), si no también como una oportunidad para mejorar el servicio que ofrecen y actualizarse.
Por Guillem Alsina, el 25/07/2015.