Definición de Fuente
La fuente o también llamado tipo de letra, es un conjunto de caracteres alfanuméricos, que se distingue del resto por su diseño y peculiaridades. Según estas peculiaridades, puede incluir sólo letras, números o caracteres especiales. Seguro que si habeis escrito alguna cosa en un editor de texto os suenen los nombres Arial, New Roman… etc… cada uno de ellos es una fuente, con su set de caracteres y su estilo propio.
Los primeros tipos de letra fueron caligráficos, hechos a mano, y por tanto dependían de la habilidad del escribano. Con la llegada de la imprenta en el siglo XVI, los tipos de letra cobraron una especial importancia. Usando unos moldes metálicos determinados, se podían hacer miles de copias de un único manuscrito, cuando antes se tardaban años en hacer uno solo. Esos moldes de caracteres fueron luego evolucionando, desarrollándose varios sets a medida que la impresión avanzaba.
Con la invención de los ordenadores se hizo necesario desarrollar unos tipos de letra específicos para ellos, creándose lo que hoy identificamos como fuentes. El problema era como almacenar la información de cada letra y símbolo de modo que el ordenador lo identificase en código máquina. Ello se consiguió dotándolos de resolucion. Cada caracter tiene una determinada disposicion de puntos en la pantalla, que formaban la letra o número en cuestión. Así, los primeros tipos de letra eran de 16 puntos (en inglés, dots), siendo un caracter formado por una cuadricula dividida en 16 partes. Cada una de esas 16 partes según la sucesión de unos y ceros, sería negra o blanca, y en conjunto dibujarían la letra en cuestión. El problema de este primer sistema era que al aumentar la resolución o el tamaño de las letras, estas pasaban a verse despixeladas y de bordes irregulares. Con el tiempo, se pasó de 16 a 256 caudriculas, mejorando la resolución. Sin embargo, actualmente se usa un sistema distinto, vectorial, por el cual las fuentes pueden aumentarse o disminuirse sin pérdida alguna de resolución. Podemos ver una letra que ocupe toda la pantalla perfectamente dibujada. Es por eso que podemos distinguir entre las fuentes no reescalables (que se siguen manteniendo por compatibilidad con antiguos aparatos, y porque ocupan menos recursos de CPU) y las modernas fuentes reescalables o vectoriales.
Los tipos de letra o fuentes suelen ser configurables en cierta medida, también. Muchos de ellos tienen modo cursiva, negrita, subrayado, tachado, permiten el cambio de color, de tamaño… Otros están diseñados con fines específicos, como la creacción de fórmulas matemáticas, mientras que algunos sets simplemente incorporan dibujos u emoticonos. Existen miles de tipos de letras, pues es un proceso relativamente sencillo el crear uno propio. Y es que la selección de la letra en un documento o página web es algo de vital importancia. Un tipo de letra adecuado dará una buena imagen y hará la lectura más sencilla, mientras que uno inadecuado dificultará al lector el entendimiento del texto, causando incluso molestias visuales.
Por Sistemas, el 11/02/2005.