Comunicarse en el Siglo XXI: redes sociales
Quién hubiera dicho diez años atrás, o menos todavía, que las redes sociales se iban a convertir en el fenómeno que son ahora. A través de este medio de comunicación se pueden lograr cosas impensables porque no es sólo contactarse con los amigos habituales sino también con aquellas personas a quienes hacen años que no vemos. Y un hecho de este tipo fue lo que me hizo escribir este artículo.
En realidad no soy muy fanática de estas redes, más que nada porque en cierto modo también son una herramienta que si no se usa conscientemente, se corre el riesgo de exponer la privacidad de cada uno.
Es que no sólo nuestros contactos pueden llegar a tener acceso a nuestra información. Ingresar a grupos de desconocidos; permitir que alguien a quien no conocemos sea “nuestro amigo”; poner nuestra dirección de correo personal, nuestro teléfono o información de este tipo a la que cualquiera puede acceder, muchas cosas de este estilo hacen que nuestros datos privados justamente no sean tan privados.
Pero tampoco se puede estar ajeno a lo que las redes significan en el mundo de hoy. Los millones de personas que se conectan actualmente a las redes y el crecimiento que éstas han tenido en los últimos años, son la mejor prueba de su poder de atracción.
En cuanto a mi experiencia, unos meses atrás por cuestiones laborales comencé a formar parte de la gran familia de Facebook. Y lo hice con bastante recelo de los datos que cargaba: correo electrónico y teléfono laboral, aceptando como amigos sólo a las personas que conozco y sin poner casi nada en mi perfil personal. Digamos que lo mínimo e indispensable.
Y si bien de entrada tampoco le dedicaba mucho tiempo (aunque al día de hoy tampoco lo hago) es tentador ingresar en el buscador nombres de personas que quizás podemos llegar a conocer y que no sabemos si puede llegar a ser miembro de la red. Calculo que es algo que debe hacer la mayoría. Bueno, en definitiva este es uno de los fines de la red.
Además de haber encontrado a varios de mis amigos, la sorpresa me la llevé unas semanas atrás cuando algunos de mis familiares a los que hace bastante tiempo que no veo, también se sumaron a Facebook y me encontraron. Así que ahora ya estoy mandándome mensajes con mis primas que desde hacía unos años no veía, intercambiándonos celulares y planificando vernos antes de fin de año.
No estoy contando nada nuevo para la mayoría de ustedes, pero cuando pasan estas cosas es cuando nos damos cuenta de la verdadera importancia de estas redes.
Quizás lo importante de todo esto es ver la manera de lograr un término intermedio en el uso de las redes, tanto de Facebook como de cualquier otra: MySpace, Sonico, Hi5, y todas las otras que se puedan cruzar en nuestro camino.
Es decir, ser parte de estas grandes familias de internautas (tampoco hay que escaparle al mundo moderno) pero siempre estando 100% conscientes de lo que cargamos ya que esa información no sólo va a servirnos para comunicarnos con quienes nosotros queremos, para encontrarnos con gente a la que hace mucho que no vemos o incluso para formar parte de grupos que tengan que ver con nuestros intereses personales, sino que también puede ser información que otros tomen para cuestiones como la publicidad, el spam, y muchas otros cosas de este tipo.
Los datos personales, las fotos, los comentarios, todo lo que pongamos o hagamos, una vez que está allí, como dije antes, ya se hacen público y va a ser visto no sólo por quienes nosotros queramos que vean. Este es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta cuando comenzamos a formar parte de las redes sociales. En realidad, es uno de los puntos que siempre tenemos que tener en cuenta siempre que estamos en Internet. Si estamos conscientes de esto, seguramente vamos a poder disfrutar sin tantos problemas de este medio de comunicación del siglo XXI.
Por Analía Lanzillotta, el 01/12/2008.