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La cruzada judicial de SCO


SCO es una empresa que ha dado mucho de qué hablar a partir de la cruzada judicial que comenzara tres años atrás. Daniel Amato, Director de SCO para América Latina, da un panorama general del origen del conflicto, y explica el día después de una empresa “dedicada al negocio de la tecnología”, la cual para muchos es administrada por un buffete de abogados.

Ha sido una charla muy interesante y amplia la que se tuvo con el directivo de SCO, por lo que planteamos una entrevista dividida en dos partes, para exponer las dos caras de la moneda. Por un lado, los debates que se desarrollan en los tribunales norteamericanos por la defensa de la propiedad intelectual que tiene SCO sobre Unix, y que acusa a empresas como IBM y Novell por la violación de las reglas que rigen sobre este sistema. En febrero de 2007 tendrá lugar el juicio entre SCO e IBM.

Por el otro lado, conversamos con Daniel Amato acerca de los desarrollos y las últimas novedades de SCO, marco en el cual OpenServer y UnixWare mantienen su tradicional propuesta, con el agregado de que ha comenzado a desarrollarse la unificación de ambas líneas. El otro atractivo de SCO en materia tecnológica lo tienen sus desarrollos en el ámbito de los servicios digitales, orientados a la colaboración y gestión de grupos de trabajo.

— Leer también la entrevista a SCO (Parte II): La familia de SCO: UnixWare/OpenServer unificados, y una amplia gama de servicios digitales

David: ¿Cuál es la situación actual del juicio iniciado contra IBM?

Daniel: Es un proceso contra IBM que comenzó en el 2003 y que tiene establecido, como fecha para el juicio, febrero de 2007. En este momento, está en etapa de alegatos y pruebas, y han ido declarando desde el año pasado distintos ejecutivos, incluso el presidente de la compañía; en enero lo hizo el CEO de IBM. Toda la información pública referente a estas cuestiones está en nuestro sitio de Internet… lo que sucede es que han habido demasiados “comentarios” –se dijeron muchas cosas- desde los comienzos.

David: ¿Cómo está la empresa hoy, luego del inicio y del aún vigente proceso judicial? ¿Cómo se reflejan estas acciones sobre SCO?

Daniel: Es un tema interesante, en particular desde el punto de vista económico, porque la empresa gastó aproximadamente 37 millones de dólares en el último año fiscal, en los honorarios de los abogados y otros gastos del proceso judicial. Analizando los resultados trimestrales que reporta SCO, puede observarse dos números gruesos en los últimos informes: se ve el resultado positivo de operación de la compañía, pero cuando se lee el resultado final, las cifras aparecen en rojo, por los gastos del juicio. Lo interesante es que en enero de este año, SCO terminó de pagar los costos de honorarios de los abogados, lo que significa que independientemente de la duración que tenga el desarrollo del juicio, la empresa no tiene que continuar pagando ese tema.

David: SCO creó una división específica para tratar esas cuestiones desde el comienzo, ¿no es así?

Daniel: Sí y no. Lo que pasa es que en aquél momento se creó una especie de producto, por decirlo de alguna manera, que consistía en licencias de propiedad intelectual sobre las que el usuario (en caso de tener dudas) podía cubrirse. Esto se presentó en el 2003. Desde el punto de vista de negocios, no se creó una división, sino que se lo manejó por un bufette de abogados externo y un conjunto de personal interno de SCO. Pero el 99% de los trabajadores de SCO nos ocupamos del negocio de la tecnología, de vender productos, y desarrollar canales. Si bien es un tema que hay que resolver, no nos quita el sueño.

David: A tres años de haber dado inició a las acciones judiciales, ¿cómo ha repercutido el avance del caso en la imagen de la empresa? ¿Ayudo a la venta de soluciones tecnológicas?

Daniel: Es una cuestión que depende de cada persona, según quien lo mire. A nivel general, no ayudó. Uno se encuentra con distintas posiciones. Desde clientes y personas que ni están enteradas del tema, y hasta otras que sí… luego, en medio de ambos extremos todo es factible. Cualquiera de la empresa, hemos recibido e-mails anónimos con insultos, o hemos enviado una invitación a un evento o información de un producto y nos encontramos respuestas del tipo, `yo no quiero saber nada de ustedes, sáquenme de su lista de contactos´. Y está bien, todo es válido y respetable. Nosotros, lo que explicamos, es que nuestro negocio no es hacer juicios; es desarrollar tecnología. Lo que hay que entender es que SCO, como empresa de software, tiene como uno de los activos fijos más importantes la propiedad intelectual. Lo que estamos haciendo es protegernos. Lamentablemente, no puede hacerse otra cosa que ir a un juicio. Es la única arma que hay para defender nuestra propiedad intelectual.

David: Hasta el momento no se hizo una comparativa del código supuestamente robado, que resulta ser uno de los mayores cuestionamientos…

Daniel: Eso es consecuencia de lo que se cuestiona, porque el principal punto de la demanda a IBM fue la ruptura de contrato (hay otros cargos). ¿Por qué? IBM como licenciatario de Unix debía seguir ciertos requisitos; entre ellos, no podía abrir el código ni tampoco aquél producido de trabajos derivativos (supongamos que licencias Unix para desarrollar una herramienta. Es un desarrollo basado Unix, y por lo tanto sos dueño de la propiedad intelectual del mismo, siendo una creación tuya, pero al ser licenciatario de Unix, no puede ser abierto). Lo que se reclama es que, entre otras cosas, se rompió este contrato, justamente porque se abrió el código. El tema relacionado con el “código robado” es una consecuencia de la ruptura de contrato.

Se presentaron pruebas en los tribunales. Se alegó que IBM abrió código a la comunidad Linux. Sé de rutinas que se hablaron y discutieron… si haces un análisis comparando la evolución de Linux, por ejemplo entre el Kernel 2.2 y el 2.4, es notoria la incorporación de tecnologías, que en Unix se demoraron mucho tiempo. Ahí hay gran parte de la tecnología en cuestión.



Por Sistemas, el 05/06/2006.

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