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Yo ya se a quien votaré en las elecciones europeas: ¡al Partido Pirata!


logo_partit_pirataBien, la verdad es que aún no se si voy a poder votar por él, ya que no se si se presenta por mi circunscripción, pero sin lugar a dudas se hace una opción atractiva. Abogan por la erradicación del actual sistema de patentes, la liberalización de las leyes de copyright y la cultura libre. Los analistas le dan la posibilidad de conseguir un escaño en el máximo órgano europeo gracias a la fuerza que tiene en Suecia, su patria de origen.

Aunque debemos ir a buscar su formación al país escandinavo en 2006, se ha extendido rápidamente por todo el mundo, llegando a tener un homólogo en los Estados Unidos. Nueva era, la de los llamados ‘ciudadanos digitales’, nuevas fuerzas políticas.

A nadie se le escapa el bajo interés que generan las elecciones europeas, aunque los políticos se empeñen en llevarnos la contraria afirmando que el Parlamento Europeo es tan importante como cualquier otro. De hecho, yo mismo lo veo como un ‘cementerio de elefantes’ para viejas glorias de la política que, para acabar una carrera de éxitos, pueden disfrutar de un destino muy tranquilo y un sueldo considerable. El mismo presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, o el expresidente del Parlamento, el político catalán Josep Borrell, son buenos ejemplos.

Particularmente, y por motivos que no vienen al caso (esto es un blog sobre tecnología y no de política), yo voto en las elecciones europeas más por inercia que por convicción, pero los postulados del Partido Pirata me están gustando mucho.

Soy partidario de la cultura libre, a pesar de que entiendo que en una sociedad como la nuestra que ha abrazado el capitalismo (a menudo salvaje) y que denosta el comunismo y el anarquismo o cualquier tendencia de izquierdas que se le parezca, la gente bien debe ganarse la vida como pueda y explotar aquellos recursos que tenga al alcance o genere, y las creaciones intelectuales como música, literatura o cinematografía son estos recursos.

Sobre si las descargas desde Internet están haciendo realmente daño a las respectivas industrias o no, ya tengo mis dudas, pero igualmente es un tema que no entraré a valorar porque quiero centrarme en el aspecto filosófico de la ideología ‘Pirata’, si me permitís la libertad de llamarla así en honor de la formación política de la que estamos hablando.

Los derechos y libertades de los ciudadanos, especialmente en el aspecto digital, son las principales preocupaciones de este partido. Como columna vertebral de sus propuestas, hay la de cambiar la legislación sobre copyright y derecho de propiedad intelectual, así como las leyes sobre patentes. El objetivo es construir una sociedad más libre, justa y con igualdad de oportunidades para todo el mundo, una vieja utopía a la qué el mundo aspira desde hace milenios.

El Partido Pirata está convencido de que las patentes y los monopolios particulares van en contra del interés colectivo de la sociedad, especialmente por lo que respeta a las controvertidas patentes de software. Es lógico si pensamos que incluso una simple sentencia if (aquellos que programan, ya saben de lo que hablo), la que soluciona el problema derivado del efecto 2000, está patentada. ¿Ridículo? hombre, pues si, la verdad…

La postura del Partido Pirata no es la de abolir el copyright o los derechos de propiedad intelectual, sino más bien reformular su uso práctico para que se ajuste más al que quiere la sociedad, y permita realmente un uso libre de los contenidos culturales. En definitiva, que la cultura sea de todos y para todos. Es por ello que filosofías como las del Software Libre se encuentran cerca del pensamiento de esta formación política.

Este partido no solo se centra en el aspecto tecnológico. El derecho a la privacidad (también muy relacionado con las nuevas tecnologías) es reconocido como un principio del cual emanan otros derechos básicos para el ciudadano, como el de la libertad de opinión, de expresión, del acceso a la educación y la cultura. Así, cualquier práctica que vaya en la línea de vigilar injustificadamente a los ciudadanos es contraria a los postulados del Partido.

Mientras el Parlamento Europeo tenga una importancia más bien relativa en la política tanto nacional de los estados miembros que componen la Unión, como a nivel internacional, yo soy partidario de permitir el paso a grupos que defiendan intereses específicos, como es el caso del Partido Pirata. Además, un partido centrado en las nuevas tecnologías que puede tener una cierta influencia en las decisiones que se tomen en Bruselas en materia de regulación de mercado (que eso sí puede tener alguna consecuencia en los estados miembros), siempre encajará mejor con mis intereses. Y para el resto de las elecciones, eso ya será otra cosa.

Ahora falta saber si podré votar al Partido Pirata de alguna forma, ya sea directamente o a través de una “sucursal” o partido hermano, o bien a través de pactos con alguna formación que no me desagrade. La página web de la formación está disponible en varios idiomas además del sueco y el inglés. Entre ellos, el castellano, por lo que fuera posible votarlo si no en estas elecciones, quizá las próximas.



Por Guillem Alsina, el 27/05/2009.

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