Windows XP: un camino espinoso
Continúo con el relato sobre mi experiencia con Windows XP. Para mí se trata de algo extravagante, dado que no manejo estos sistemas truchos desde hace años.
Los programas privativos que había instalados en el sistema no leían subtítulos SRT, al menos no descubrí cómo hacerlo… yo quería ver los episodios de la serie inglesa The It Crowd y PowerDVD, Realplayer o el reproductor de Windows no los mostraron jamás. Instalé el software libre VLC y anduvieron correctamente.
El antivirus AVG parece ocupar muchos recursos y hace scaneos que molestan (eso en GNU/Linux directamente no existe dado que no existen los virus), el pendrive USB que tengo lo llevo a cybercafés pero tengo miedo de infectar este sistema (así que no puedo quitar el antivirus)… también al inicio del escritorio se cargan otras aplicaciones para la impresora, la placa de sonido, Skype, Nokia PC Suite… si fuera mi sistema, quitaría todo eso, pero un usuario corriente no sabría qué hacer.
Navegar por Internet con más de 5 páginas web abiertas ya torna todo demasiado lento, ver un video en YouTube se complica. Si además de eso pretendiera tener abierto Winamp, un procesador de textos y un explorador de disco, todo sería más infernal aún.
Acceder a una carpeta cualquiera es penoso (aún cuando no hay nada más abierto): se hace muy lento. Así mismo, manejar imágenes en mayor resolución que 640×480 es molesto.
El archivo de intercambio de memoria virtual crecía y se achicaba a medida en que el sistema lo necesitaba, pero esto lo tornaba más lento, así que lo dejé en 1GB de mínimo y máximo para que dejara de molestar (en GNU/Linux se asigna una pequeña partición de tamaño fijo para esto). En fin, un sistema que se comporta como algo hecho en el año 2000, más o menos.
Ya sé: me dirán que formatee el disco y reinstale el sistema, que así "volará". Jajaja, si hay que hacer todo ese desastre para que un sistema funcione normalmente, no sirve, simplemente no sirve y no lo podemos reparar porque no tenemos el código fuente a disposición, no podemos estudiarlo, modificarlo, mejorarlo y compartirlo. ¡Abajo Microsoft, abajo el software privativo, viva el software libre!
¿Qué hice luego?: inicié la PC con un Live-CD de GNU/Linux, todo funcionó más rápidamente, honestamente, sensatamente, éticamente, libre.
Por Marcos Guglielmetti, el 13/02/2009.