Precauciones al contratar nuestros viajes online
Pese a que ya estamos en pleno periodo vacacional para algunos, y a punto de empezarlo para otros, desde hace tiempo, el modelo de contratación de viajes, pernoctaciones y actividades en los destinos ha cambiado adaptándose a las nuevas tecnologías e Internet, y no sólo para las vacaciones y los viajes de placer.
Esto, que sin duda es muy práctico para los consumidores finales aunque nocivo para buena parte de los turoperadores (no hay cambio en el mercado que no beneficie a unos y fastidie a otros), también entraña sus peligros. Veámoslos y veamos también como evitarlos.
Mi primera recomendación es contratar siempre a través de proveedores conocidos, y comprobar su solvencia hasta donde podamos llegar. Es algo que no difiere de las agencias tradicionales, entre las que se han dado algunos casos de suspensión de pagos que han dejado sin vacaciones a más de uno. Los sitios web también pueden hacer fallida y dejar de prestar servicio de un día para otro.
Tanto en el caso de hoteles, como de bed&breakfast como de intercambio de viviendas (algo que está muy de moda ahora con portales tan conocidos y polémicos como AirBnB) no dejéis de leer las referencias y comentarios de otros usuarios. Pueden dar pistas sobre aspectos como la salubridad del local, si cumple con lo que dice ofrecer, si no hay extras “escondidos” en las tarifas, o qué tal es el trato del personal.
Antes de realizar cualquier pago al propietario en concepto de lo que sea, aseguráos de recibir un comprobante en el que se especifiquen los términos del contrato que une a ambas partes, resolución y tarifas acordadas.
Nunca utilizar un sistema de envío de dinero. Cualquier sitio web de una empresa seria permite el pago mediante tarjeta de crédito o método de pago digital análogo (por ejemplo, Paypal).
Dentro del rango de tarjetas de crédito, e independientemente de que esta sea VISA, Master Card, Diners Club u otro tipo (aquí no me meto ni con una ni con otra), intentar siempre utilizar a través de Internet tarjetas prepago, de esas en las que se ingresa una cierta cantidad y, más que eso, no se puede consumir.
Esto nos dará no solamente un control total sobre el gasto, si no que, además, hará que un cibercriminal que robe nuestros datos lo tenga muy difícil para sacarnos algo.
También es mejor no dejarse guiar por la publicidad que llegue a nuestro buzón de correo electrónico, si no acceder al sitio web de la agencia de viajes, hotel o línea aérea a través de la URL introducida directamente por nosotros mismos vía teclado en la barra de direcciones del navegador. Con esto nos ahorramos la posibilidad de que nos peguen algún malware.
Personalmente, lo que hago cuando tengo que contratar un viaje online es buscar las mejores ofertas a través de portales genéricos como Booking.com, pero luego me voy a comparar precios con la web del hotel (la cual busco por Google) o de la línea aérea. A veces me he llevado alguna sorpresa que me ha permitido ahorrarme ni que sean unos pocos euros.
Por Guillem Alsina, el 19/09/2014.